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“Es en sí mismo un problema de salud pública. Lo números tienen correspondencia con lo que es el mundo occidental. Tenemos un registro nacional de cáncer que tiene datos muy fidedignos”, asegura Laura Vera, oncóloga y presidenta electa de la Sociedad de Oncología Médica y Pediátrica del Uruguay (Sompu).

La especialista agrega que hay distintos tipos de cáncer de mama y hoy en día el tratamiento a aplicar pasa por el diagnóstico molecular. Son diferentes los tratamientos para un cáncer de mama localizado y uno diseminado.

“Una parte de los tratamientos están comprendidos en el formulario terapéutico nacional (FTN) y otros en el Fondo Nacional de Recursos (FNR). Una importante porción de los tratamientos disponibles tienen cobertura en el sistema de salud ya sea por uno o por otro”, explica.

“Recientemente se han incorporado un par de indicaciones de tratamiento en el FNR que tienen que ver con un tipo específico de cáncer de mama que realmente tienen impacto sobre vida de las pacientes. Es para los tratamientos tempranos y hasta ahora muchas veces obligaba a las pacientes a tener que recurrir a recursos de amparo”, desarrolla.

“Esta medicación ahora está incorporada en el FNR. Estoy hablando del Pertuzumab antes de la cirugía, combinado con otras drogas, y del y TDM-1 en ciertas circunstancias después de la cirugía para tratamiento complementario”, suma.

Detección

En el cáncer de mama no hay factores de riesgo determinantes como, por ejemplo, lo es el cigarrillo en el cáncer de pulmón. En este caso lo que se recomienda a la población general, y particularmente a las mujeres, es llevar un ritmo de vida saludable con base en una buena alimentación, ejercicio físico, no fumar y no consumir alcohol en exceso. "Son recomendaciones generales, pero lo que más importa en el cáncer de mama es la detección precoz, es encontrarlo a tiempo de ser tratado en forma efectiva”, expone Vera.

“El auto examen de mama es algo que todas las mujeres tendríamos que realizar periódicamente. Nadie conoce mejor sus mamas que una misma y cualquier cambio, tumoración, cambio de color en el pezón, nódulo también en las axilas, una lo puede detectar. La mayoría de las veces no querrá decir cáncer, sino que son patologías benignas y muchas veces transitorias, pero sí pueden provocar la consulta precoz con el médico que en definitiva será el que aclarará el panorama”, sentencia.

El mecanismo de Screen que tenemos en Uruguay es la mamografía -que hasta hoy día está recomendado en todas las mujeres y hombres trans mayores de 50 años- y debe repetirse cada dos años (el Programa Nacional de Control de cáncer está terminando la actualización de las guías y esta edad puede cambiar próximamente).

Esa es la indicación para la población en general, pero cada uno tiene su riesgo individual y es algo que debe valorar su médico tratante.

Hay un 10% de los tumores de mama que se producen en mujeres que tienen un riesgo genético que se llama hereditario y en consecuencia tiene controles distintos.

Las pacientes que tienen una agregación familiar de cáncer -sobre todo de cáncer de mamas, ovario, colon o próstata- tienen otras indicaciones que surgen en su consulta con especialista (mástologo o proctólogo, por ejemplo) y entre ellas puede estar la mamografía desde a menor edad o más frecuentes.

Tratamiento

El tratamiento del cáncer de mamá no es uno, realmente son múltiples y muy exigentes. Involucran mucho a la mujer, impacta en el ámbito social, familiar y laboral, y se requiere poner en práctica toda la rehabilitación de la persona para volver a introducirla en todos esos roles.

“Estos tratamientos realmente tienen impacto en la calidad y en la cantidad de vida, de manera que estos pacientes vuelven a hacer parte de la contribución en el factor económico de este país. Vale la pena esta inversión que hace el Fondo Nacional de Recursos”, reflexiona la oncóloga.

La atención psicológica de las pacientes queda en manos de los prestadores de salud ya sean públicos o privados; en algunos centros hay programas multidisciplinarios dedicados a cáncer de mama entre ellos el Hospital de Clínicas, el Pereira Rossell, la Asociación Española, el Casmu, entre otros.

“Lograr que la totalidad de las especialidades que se relacionan con la rehabilitación de la paciente lleguen a todas ellas es una política de salud pública y eso es en lo que trabajaremos, además de en otros aspectos que también necesarios. La cobertura diagnóstica, por ejemplo la resonancia magnética de mamá o el diagnóstico molecular, no está comprendida en el FTN ni en el FNR o sea, queda en el bolsillo la paciente y evidentemente genera la inequidad”, añade.

“Tenemos que tomar conciencia de la importancia que tiene la investigación clínica. Uruguay está ajeno a toda esta investigación y por eso llegamos años después a las cosas, estos fármacos sin ir más lejos existen hace años. Estamos en el ostracismo de la investigación clínica y acceder a ella es un derecho de cada uno de los ciudadanos de este país”, concluye la profesional.